Hace dos semanas, se me ocurrió publicar un post que llame “la música del conocimiento”, aprovechando mi donación anual a lo que siempre he considerado como la idea más hermosa de Internet, la Wikipedia. La Fundación Wikimedia, que no escatima en inventos y sorpresas, tiene una web que se llama “Listen To Wikipedia”, en la que ponen música a las entradas publicadas por los wikipedistas, las modificaciones y eliminaciones aportadas, según un complejo algoritmo de sonidos y colores. Si me lo propongo, puedo quedarme hipnotizado un largo momento por el espectáculo ofrecido. Música infinitamente más bonita y relajante que buena parte de la chill out que te sirven en verano en las terrazas.

Por desgracia, tiene su vertiente contraria. La música de la ignorancia. Crasa ignorancia.

Ayer me pasaron vía whatsapp un pequeño vídeo que me dejó… triste -por decir algo-. En el documento, se ve a tres jóvenes entrevistados por un equipo de un programa de tele española, un chico y dos amigas –una rubia y una morena, para que veas que el color del pelo no influye necesariamente-. El chaval, con su pinta de Prince Of Bel Air de pacotilla, se luce. Cuando el periodista le pregunta si saben quién es Adolfo Suárez, se hunde en su miseria. La rubia y la morena no se quedan atrás, añadiendo al momento de por si penoso, una carga patética. No saben quién es Adolfo Suárez. No saben que si pueden soltar estas barbaridades frente a una cámara de tele, sin que les caiga encima todo el peso de la ley o en su defecto un merecido par de soplamocos, es gracias a este Señor. No tienen ni idea.

De qué son culpables? De ser ignorantes o de ser víctimas? ¿Son el resultado de un fallo generalizado del sistema?. Qué educación recibirían de parte de sus padres, qué sentido de la curiosidad se les inculcaría en la Enseñanza, qué ganas de superar su condición les dio el tejido económico social? Lejos de mi la idea de juzgar, sería muy fácil, desde mi mesa de trabajo de cristal y mi Mac con pantalla de 26”.

De lo que estoy convencido, es que esta misma tele que les pone en ridículo con sus cámaras frente a la audiencia de un país entero, es la máxima responsable de que los niños de este país no sólo no sepan quién coño es Adolfo Suárez, sino que prefieran a Carlos Alfredo de La Voz Kids. Vergüenza de Tele. Que le den. Siento una rabia tremenda.

[Por si no lo hubieras visto, este es el vídeo en cuestión. Cómo entenderás, hoy, de música, cero.]