The Residents – Commercial Album

Cuando reinaba el vinilo –Let the good times roll, como cantaban The Cars-, ese soporte musical inefable, también llamado 12”, 30cm, LP, álbum o disco, tanto el artista como su discográfica se enfrentaban a un problema aparentemente tonto, que no era otro que el tiempo disponible en cada cara. Fíjate si era tonto el problema, que no había una duración estándar, dependía del espectro de frecuencia, de la gama dinámica y de la amplitud estereofónica como de otras características de la grabación.

Ya, sí, sé que sabes, la parte técnica de la frase no es mía, la he pillado de esta web. Pero admitamos una duración media de 20 a 25 minutos por cara -luego había una duración sugestiva, no era lo mismo escuchar la cara B de un greatest hits de Simon & Garfunkel que la A del Disintegration de The Cure y el Gordinflón de Robert-. Aritmética pura, con una duración media por canción de cuatro minutos, como mucho entraban cinco temas por cara. Seis a lo sumo. Multiplicado por dos, un álbum solía ofrecer alrededor de diez o doce canciones. Parece una tontería, pero muchas veces los grupos estaban ante un horrible dilema, tener que decidir entre aquellas que iban a pasar a la posteridad, y aquellas que iban para la papelera –hecho que ha provocado y sigue provocando la reedición de álbumes con inéditos incluidos, ahora que un CD da para mucho más tiempo-. Esa era la ecuación. Yo que he retomado la sana costumbre de comprar los discos en vinilo –no te pases Fiouck, de momento sólo van dos-, reconozco que tener que levantar el c… para darle la vuelta al disco, toca un poquitín las narices.

Commercial

Pero un grupo se va a saltar la ley. Estamos en 1979, The Residents, grupo vanguardista natural de Louisiana y emigrado a San Francisco, se propone reinventar conceptos y reglas establecidas, sacando un álbum con … cuarenta canciones. No trece, o quince, ¡o veinte! No, directamente cuarenta. Cuarenta temas de más o menos un minuto de duración cada uno.

Qué pretendían? Si partimos de la idea que una canción “normal” consiste en dos partes, los versos y el estribillo, repetidos digamos que tres veces, llegaban a la conclusión que una canción sólo tiene un minuto de música. Bueno esa era la teoría de la banda. No la defiendo, pero tampoco es descabellada, sobre todo considerando lo que se escucha a diario en las radios comerciales. The Commercial Album –así se llama el disco-, contenía cuarenta composiciones de sesenta segundos. Sin estribillo ni repetición, una única frase musical por tema. Todos increíblemente originales. Para The Residents, banda conceptual totalmente fuera del circulo incluso de los más alternativos –una de sus composiciones más “famosas” se llamaba Hitler Was a Vegetarian-, era el disco de estudio número ocho. Después siguieron otros veintidós, habiéndose publicado el último de ellos hace dos años. Cuarenta años llevan on the road estos tipos. Cuarenta.

De joven me compré el vinilo –este lo sigo teniendo, es demasiado raro para que me lo hayan robado en todo este tiempo-. También tenía una camiseta con la portada –en ella sale una foto retocada de John Travolta y Barbara Streisand, representando sus ojos las cabezas de los cuatro miembros de The Residents, colocados al revés-, y una chapa de esas que se pinchaban en la cazadora. Pero esta sí ha desaparecido en combate.

Te dejo con las nueve primeras canciones del disco. No te pierdas la quinta, la del silbido, veinticinco años antes de Kill Bill.

 

 

Escucha las nueve primeras canciones de The Commercial Album, por The Residents

2 comentarios en “The Residents – Commercial Album

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