Tenía una voz de negro, tocaba la trompeta como un negro, se reía como un negro, pero bailaba como un italiano. Ays, nadie es perfecto. Bueno más que italiano, era hijo de inmigrantes sicilianos –shhhhh, que te podrían oír-. Nació en 1910, en la Nueva Orleans, y ahí se crió, en un barrio popular en medio de árabes, judíos, negros y más italianos, el mundo como tiene que ser. Con este entorno y una madre que tenía a gala obligar a sus hijos a tocar un instrumento, el pequeño Louis Prima estudió el violín durante siete años, hasta ganar un concurso amateur, y luego hizo suya la trompeta de su padre al escuchar por primera vez a Louis Armstrong en la radio.
En los años veinte, los Clubs musicales de New Orleans eran regentados por italianos –bueno ya sabes a qué me refiero con italianos- que tenían el gusto exquisito de dejar tocar a los negros. Siendo de la “familia”, dejaban también entrar a Louis y sus hermanos, con los que montó una primera formación, con tan sólo doce años. Con dieciséis empezó a tocar con The Eastonites, banda de su colegio. Un año más tarde, tocaba todas las noches en el Club The Whip, un local del barrio francés, con su amigo Franck Federico –ni Scorsese se atrevería con un nombre así-. Y con dieciocho años, decidió dejar los estudios para dedicarse de pleno a la música.
Los primeros meses no fueron nada fáciles. Se producían en locales y bares, pero con ello no vivían. Se marcharon a Florida, tocando donde les daban de comer. Allí conoció a su primera mujer, Louise Polizzi, con la que se casó en 1929. Durante dos o tres años más, siguió en el filo, produciéndose donde podía, sin rumbo ni futuro. Si la gran depresión fue dura para muchos, más lo fue aún para colectivos que vivían del ocio, en locales desiertos.
Después de intentarlo en Cleveland y luego Chicago, aterrizó en Nueva York, última oportunidad antes de meterse a pizzaiolo. En la gran manzana el dueño del club Leon & Eddie’s no le contrató por confundirle con un negro –haberle mirado bailar-. Poco después, la fortuna le empezó a sonreir y a partir de ahí tuvo una carrera más que accidentada a la vez que prolífica.
Montó una banda, Louis Prima & His New Orleans Gang, grabaron sus primeras canciones, actuaron en clubs de jazz prestigiosos de la 52ª calle, compousieron sus propios temas, jazz & swing, abandonó Nueva York para California, se divorció de Louise, se casó con Alma Ross, actriz, lanzó su propia Big Band, fracasó en Chicago, perdió lo poco que tenía, volvió a Nueva York, actuó de nuevo en varios Clubs de jazz, viajó por toda la costa oeste, se escapó de la conscripción para la segunda guerra mundial gracias una rodilla maltrecha, dio representaciones en un teatro de Washington, tocó en la casa blanca para el cumpleaños de Roosevelt, sacó pecho en las fotos con el Presidente, se volvió popular, publicó canciones en italiano a pesar del compromiso de su país con los nazis, ganó mucho dinero, se divorció nuevamente, entabló relación con Jean Harlow, rompió, se casó por tercera vez con su propia secretaria, perdió papeles en películas por pedir demasiado dinero, se cabreó con la industria discográfica, dilapidó fortunas en lujos, se divorció, volvió a casarse por cuarta vez con una jovencita de dieciocho años, pidió una auténtica fortuna para actuar en Las Vegas, cantó ante Kennedy, se divorció, montó su propio sello, financió íntegramente el primer disco de otra jovencita, Gia Maione, se arruinó, tuvo una nueva hija con ella, trabajó para Walt Disney, sufrió un infarto, se le descubrió un tumor cerebral, sufrió una hemorragia, entró en coma, y murió, en 1978.
Jolin con el Prima, agota leer su biografía. Cuatro décadas adaptándose a la evolución de los estilos, desde el sonido Nueva Orleans hasta el rock’n’roll, pasando por el swing, las big bands, y el lounge de las Vegas. Y entre bodas y divorcios, tuvo tiempo de crear uno de los grandes estándares de la música popular del siglo XX, mezclando con maestria I’m Just a Gigolo –canción austriaca inicialmente adaptada en 1928 por un tal Irving Caesar- y I Ain’t Got Nobody –de Spencer Williams, 1915-. Uno de los primeros 45t que compré, no envejece, es una joya. La canción preferida de los que bailan el rock tradicional. A mi no me sale, soy un paquete.
Escucha I’m Just a Gigolo, de Louis Prima
En Youtube, sus videos cantando con Keely Smith son una delicia, una demostración de talento y puesta en escena, los reviso de vez en cuando y me permito recomendártelos.
David Lee Roth de Van Halen hizo una vergonzosa versión de I’m Just A Gigolo, shame on you, David.
Eso digo yo, shame on you David!