A menudo me reprochan que hablo demasiado del Tomate cretino, de anécdotas y cosas que me han marcado. Yaaaaa bueno y qué, no dejan de ser pretextos para hablar del artista del día. No soy periodista –que Elvis me guarde-, ni experto musical, ni bloggero al uso, con sus carreras huecas por ser el primero en anunciar el concierto de tal o el nuevo disco de cual. Resumir un artista diferente cada día me requiere un esfuerzo de imaginación que a veces me supera y necesito una excusa personal para traerlo a tu bandeja. C’est la vie.
Por ejemplo Robbie Williams. ¿Qué te voy a contar que no sepas ya? Sobre todo teniendo en cuenta que yo sé muy poco de él. No me apasiona, quitando la canción del título de la entrada, aunque algo de cariño sí le tengo. ¿Una anécdota personal relacionada con ella? Pues sí, mala suerte, tengo una. Madrid Buenos Aires, vuelo Iberia de noche hace bastantes años, clase business –ay bendita época-. Cierto, me pasaría un poco con el vino y el gin tonic en previsión de las doce aburridas horas de vuelo. Así que, cuando en mis cascos empezó a sonar Tripping, subí el volumen, normal. Pero no fue del agrado de un viajero, que me lo hizo saber con voz enfadada, terminando de despertar a los demás. En el fondo este hombre tenía toda la razón del mundo, aunque en este preciso momento sólo me importaba calcular la probabilidad que yo tenía de abrir la puerta y tirarle por la borda agarrándome fuerte para no acompañarle. Igual está leyendo esto, juas.
Robbie Williams murió el 11 de agosto de 2014. O eso se apresuró a decir el inefable Sergio Ramos –el Piqué merengue- en su cuenta de twitter, al confundirse con el actor Robin Williams. Bueno, él y otros millones de internautas, idiotas o despistados según si eres o no del Madrid. Bastaba con echar un vistazo a los comentarios en youtube, llenos de RIP y demás DEP. Además me apuesto una copita de Rueda a que no saben lo que significa RIP, seguro que lo traducen por “quédate en tu pis”, algo intrigados por esta curiosa tradición inglesa en un momento tan inoportuno.
Ya ya me río me río pero así no avanzo y tengo que salir a la calle en busca de soluciones para mi negocio, que a día de hoy apenas da para un billete a Chinchón en tren de mercancías.
Es su madre quien enchufó a un joven Robbie Williams en el mundo de la música, en 1991. Contestó ella a un anuncio publicado en un periódico escrito –fíjate si hace mucho- en el que se solicitaba la incorporación de un último recluto para cerrar la formación de un grupo. Se presentó al casting con su cara jovial y su actitud vivaracha, que le hacen tan simpático, y le eligieron a él. Pumpa, así nació Take That, EL boys band de los 90, cuyos posters perturbarían a más de una chiquilla en la cama de noche.
Pero Robbie Williams era un electrón libre, no cuajó mucho tiempo en una banda reglada al milímetro, encerrada en un marco marketiniano y regulatorio que no toleraba que nadie se saliera del guión escrito por un equipo de jóvenes recién diplomados de másters rimbombantes. En 1995, se marchó. O le expulsaron, es igual. Total, recobró su libertad y le pudo dar rienda suelta a su vida.
Es decir, al alcohol y las drogas. Es curioso esto de la música, se mete de todo una estrella pop o rock, y parece guay –y no soy el último en decirlo, forma parte de la panoplia-. Total, se puso como una vaca y más de una vez se le pilló en situaciones desagradables de embriaguez. Luego logró reponerse y empezó una brillante carrera de cantante pop, que le llevó a lo más alto. Trece álbumes de estudio, setenta millones de ejemplares vendidos –el cantante en solitario que más discos ha vendido en Inglaterra-, conciertos multitudinarios –ostenta el record de ventas de entradas en un solo día para una gira, con 1,6 millones de tickets, alucinante-, premios y awards por un tubo. Y todo ello quedando como el tipo jovial y vivaracho de sus principios. Chapeau.
Yo sólo le seguí un poco la pista cuando se estrenó Intensive Care, su séptimo álbum, publicado en 2005, y que contenía Tripping. No lo sé explicar, me encanta esta canción, con ese ligero toque reggae. Me entran ganas de poner el volumen a tope y de bailar. Dicen por ahí que estaría basada en un trabajo de The Clash a sus principios, pero francamente no sé muy bien a qué se refieren. Tendría que indagar más, pero el tren a Chinchón sale dentro de media hora. Hala, que tengas un buen día.