Po vaya. Me acabo de enterar –la de cosas que uno aprende- que Sudáfrica ya no tiene fabricante nacional de aspiradoras. Defy, el último de ellos –si es que llegó a tener más-, fue adquirido en 2011 por un grupo turco, Arçelik, por una montaña de Rands –la moneda local-, que una vez pasado a euros se parece más a un montículo. Uno pequeñito, que una vez pasado a la economía del Tomate cretino vuelve a tener miles de kilómetros de alto. Todo es jelatifo, como hubiera dicho mi profesor de alemán.
Entonces, pregunto yo, ¿por qué Sudáfrica sigue produciendo música para aspiradora? Me refiero a esta música que me gusta servirte el sábado, para hacerte más liviana una tarea que nos provoca aversión –lo admito, últimamente le doy poco al mango-. Felix Laband se indignará por el calificativo, aunque en el fondo no tiene por que ser peyorativo.
Hay grupos que hacen música para ascensores, otros para centralitas telefónicas, algunos para anuncios de seguros y sé de muy pocos que hacen música para planchar, incluso sin Mimosín. Felix Laband él se dedica a las aspiradoras, un mercado de nicho eso sí. Lleva quince años sacando discos de electro sensualo pop, que poco a poco va suavizando, hasta conseguir los sonidos placebo perfectos para compensar los 2.000 vatios del Electrolux.
No siempre fue así de cristalina su propuesta. Siendo muy joven –menos de trece años-, fue miembro de una banda punk llamada Incurable. Luego montó otra, Fingerhead. A sus 37 años, guarda de esta época una colección impresionante de tatuajes y mucha nostalgia.
Con los años se distanció de la energía punk. Trató de vivir de un reconocido talento –reconocido por él- para la pintura, pero no soportaba las críticas y prefirió volver a la música. Pasó primero por los sonidos gótico industriales para finalmente aterrizar en el planeta electro. A mi me gusta que los artistas se renuevan y evolucionen, pero ahí como que algo no me cuadra. Imagina por un instante que Albert Rivera fuera de la mano de Falange Española de las JONS en una manifestación anti independista para luego pactar con el PSOE para expulsar al PP de una alcaldía. ¡A que suena a ciencia ficción! Bueno, es un mal ejemplo, porque así fue.
Vale vale que me distraigo. Volvamos a Felix Laband y su música patrocinada por Rowenta. La verdad es que en su país natal, es todo un figura. Va por libre, no parecen preocuparle mucho los focos. De hecho apenas traspasa las fronteras sudafricanas, aunque como DJ merecería estar en Ibiza todo el verano, después de soltar algunos soplamocos a los insoportables Dj residentes pedorros. Te dejo con cuatro canciones de su último álbum, Deaf Safari. Temas muy largos que tardan mucho en coger ritmo y posicionarse, pero una vez instalados en tus bafles, verás como se te olvida la faena doméstica del día. Sumamente agradable.