Emanuel Lundgren es simpático. Ya sabes, un pelín colgado, pero nada grave. Lleva el pelo greñudo de quien se acaba de levantar, cuando en realidad la papelera de su cuarto de baño está repleta de botes de gel. También viste con camisas horteras abrochadas hasta el cuello en una pose muy indie. Ah, y luce un bigote que le da un aire Club 69 de San Francisco finales de los 70’s. Pero en fin, Emanuel Lundgren es simpático.
Y eso deben pensar sus amigos, y los amigos de sus amigos. Porque cuando Emanuel Lundgren empezó a componer canciones en su piso, con sonidos pop alegres y loquillos, todos se apuntaron a su invitación para añadir instrumentos y voces. Pasaron por su piso decenas de ellos, quedándose en treinta la formación definitiva de la banda más innovadora de Estocolmo, que grabó una primera demo de We’re From Barcelona.
Corría el año 2005, I’m From Barcelona había nacido del empeño simpático –le pega- de un músico que sólo pretendía pasarlo bien con el proceso de creación. Pero nada más publicarse el primer EP y sobre todo el vídeo del tema We’re From Barcelona, los medios suecos se hicieron con la banda, alabando la alegría y sinceridad infantil –en su acepción positiva- de los treinta artistas.
A partir de ahí se aceleró el proceso de consagración y pronto se pudo escuchar a todas horas una canción despreocupada, divertida y jubilosa. Sorprendió a la banda entera y sobre todo a su jefe de fila, que nunca habían pensado salir en los medios y realizar ventas que ponían celoso a más de una cantante sueca –parece que en Suecia sólo cantan las chicas-.
Y siendo sincero, nadie se esperaba que fueran a proseguir con la aventura. Hasta ellos se iban a conformar con un one hit wonder de una factura impecable. Pero nanaï, les gustó la idea de ser un grupo de estos que aparecen en los grouplists de los principales festivales veraniegos, entre las cabezas de cartel con tipografía de 60 de alto en negrita y los mindundis que apenas se leen sin gafas.
El mes pasado se estrenó su cuarto álbum, Growing Up Is For Trees. Crecer es sólo para los árboles, dice Emanuel Lundgren, cual Peter Pan despeinado y risueño, con el eco de los otros 28 músicos asentando con la cabeza. Siguen fiel a su pop feliz y extravagante. Te dejo con el primer single extraído del álbum –no dejan descargar más-, pone de buen humor, que es lo que necesitamos. A que sí.