Frampton Comes Alive es un misterio. Cuando este doble disco Live vio la luz en enero de 1976, Peter Frampton estaba más cerca de ser un don nadie que una mega estrella. Digamos que en la escala de Fiouck -referente arbitrario para medir de 1 a 10 quién se merece estar en este blog-, se situaba como mucho en un 3, y porque soy buena persona. No dejaba de ser un digno representante del indignante Classic Rock de los 70’s, con cuatro álbumes en su haber.
Entonces, ¿cómo han podido venderse dieciocho millones de ejemplares de este doble Live? ¿Por qué la revista Rolling Stone lo eligió mejor álbum rock 1976? ¿Por qué estuvo 10 semanas en el #1 de las listas US? ¿Por qué es el cuarto álbum Live más vendido de la historia del rock? ¿Por qué tengo en mis manos la edición original en vinilo? NO LO SÉ. Si lo supiera no sería un misterio, a ver si estamos un poquito atentos, aún siendo domingo.
Primero, ¿quién es este chicken? Eso sí lo sé, hay un montón de bloggeros y periodistas musicales cascados que hablan de él. Generalmente en bien. Es inglés, nació en 1950, durante su juventud fue amiguete de David Bowie cuando ambos estudiaban en el mismo colegio –el padre del primero fue profesor de arte del segundo-, pero se ve que el segundo no le inspiró mucho al primero, porque el primero nos sirvió su rock sin alma durante toda la década de los 70’s cuando el segundo revolucionó esta misma década con un talento desbordante para crear género, estilo y escuela desde la nada.
No se le pueden negar ganas. Con doce años ya tenía su primera banda, The Little Ravens. Fue su abuela quien le inició a la guitarra con un banjolele –contracción de banjo y ukelele-, el resto le vino de su pasión por The Shadows y Jimi Hendrix. Luego con catorce se pasó a The Trubeats, posteriormente a The Preachers, producida y manejada por el mismísimo Bill Wyman, de los Rolling Stones. Con dieciséis años, se convirtió en el niño pop inglés de turno, logrando varios éxitos con el grupo The Herd. En 1968 la revista Rave le proclamó “The face of 1968”. El año siguiente, se unió a Steve Marriott de The Small Faces para formar Humble Pie.
Durante los siguientes años, se dedicó a sacar discos con esta banda o en solitario, ni malos ni buenos, sólo sosos. En paralelo se convirtió en músico de sesiones para Jerry Lee Lewis, John Entwistle, y George Harrison, con quien se familiarizó con un pequeño invento, parte de la clave del misterio Frampton Comes Alive, la talk box. Este pequeño artilugio permitía dar la sensación de que su guitarra, una Gibson Les Paul, hablaba.
Abusó y reabusó del efecto para la gestación del doble Live. Fue grabado en 1975, en un concierto que dio en San Francisco, en una sala llamada Winterland Ballroom, con sus nuevos músicos Bob Mayo y Stanley Sheldon. En aquella época, el guapetón lucía la típica melena rubia que tan bien les sienta a algunos rockeros para esconder la miseria de su música, consiguiendo que millones de chavalas se desmayaran de placer por la noche la mirada clavada en el póster.
Se estrenó el seis de enero de 1976. Nada dejaba presagiar tal locura alrededor del disco. Para mi sigue siendo un misterio. Dale al player, verás como te suena instantáneamente. Sobre todo el Show Me The Whawhawhawha…
Luego que no se te olvide, zumito, y a misa.
Frampton será eterno… no como tu blog.
Hola Pepe, no sé no sé, me da a mi que este blog tiene más visitas que el Frampton escuchas.
Pero para gustos y colores han escrito los autores.
Antonio Machín también será eterno, para sus seguidores, claro.
Te regalo dos gardenias, Pepe, que ya hay demasiada mala milk en el mundo.
Has hecho que escuchara por primera vez (y última) a Peter Frampton. Pero para gustos…
Uy, la que has dicho!
Curiosamente no hace mucho me mandaron este vídeo, donde se ve a Bowie y Frampton deambulando por las calles de Madrid en busca de una cerveza. Nadie reconoce al Peter ni le mira, todos tienen la mirada puesta en el David…