Parece que la eterna pregunta “Farsantes o Vanguardistas?” se acunó para la banda Sigue Sigue Sputnik. Veintisiete años después, sigue sin haber una respuesta clara. Aparecieron en 1986 como un meteorito loco, sin complejos, con una propuesta musical a la vez que multimedia por lo menos curiosa.
Venían del punk y del glam. Tony James, el guitarrista e inspirador de la banda, fue bajista de Generation X, el grupo de Billy Idol, aunque dio sus primeros pasos con Mick Jones y Terry Chimes (ambos futuros Clash) y Brian James (futuro The Damned) en un grupo punk llamado London SS. En 1985 todo esto está ya a años luz de los gustos del público. En UK triunfa el New Romantic –formar una cruz con los dedos índices de ambas manos, levantarla a la altura de la cara, y pronunciar en voz alta “atrás, atrás, atrás!”-, con Duran Duran y Culture Club a la cabeza del género. En US triunfa Reagan –repetir el mantra-. Tony James, que se encuentra sin grupo en esa época, decide hacerlo al revés. Se piensa un concepto, una imagen y un escenario antes de siquiera saber qué música tocar y con quién. Sobre el papel, apesta la idea. El rock es instinto, directo y tripas, no anticipación y preparación. Pero el resultado funciona. Llama a antiguos amigos, como Andrew Eldritch, de The Sister of Mercy, y Annie Lennox –aunque después de pensarlo mejor, decidió que necesitaba a un cantante-. Será un tal Martin Degville, vendedor de ropa sin experiencia como músico pero con look horripilante –prendas flashy, botas de dos plantas y pelo multicolor, por dios es esto posible?-. Completará la plantilla un tal Neal X, que había tocado con Adam Ant y Marc Almond, y dos baterías –ya puestos-. El concepto musical está a la altura de la misión que unas voces taradas parecen haberle encomendado a Tony James: “Te inspirarás en Suicide, Elvis, Bowie y The Sex Pistols para tocar el rock’n’roll electrónico del futuro, mezclándolo con montaje vídeo post-apocalíptico y violencia tipo La Naranja Mecánica de Kubrick, y vistiendo de forma ultrajante dejando a Kiss como auténticos pijos católicos bienpensantes”.
Y a la primera la vencida. Sacan el single Love Missile F1-11 y triunfan. La canción, rock sincopado frenético, producido por Giorgio Moroder, sube al #3 de los charts británicos y de media Europa. Sigue un álbum, Flaunt It, con otros siete temas, que, hay que decirlo, no difieren mucho del hit. Cajas de ritmos, samples de música clásica, y muchos efectos sonoros. En el vinilo, los temas van separados por cuñas publicitarias; sí bien era novedoso, no fue del gusto del público –para los lectores del blog más jóvenes, en aquella época comprabas los discos, por ello la idea de encima tener que soportar publicidad irritó a más de uno-. En fin, el efecto Sigue Sigue Sputnik duró un álbum, los que vendrían después no llegaron a cuajar. Moda, mucha moda!
Pero para un domingo por la mañana, Love Missile F1-11 es lo mejor que puedes escuchar. Hala, luego zumito y a misa.
Escucha entero Flaunt It, de Sigue Sigue Sputnik