Los últimos años de los 70’s son, para la música, un poco como el jurásico de la evolución animal. Durante la parte central del mesozoico –puedes comprobarlo, así se llama, ¡ja!-, la naturaleza se propuso crear sin límite millones de tipos de insectos, animales, aves y peces, de todos los tipos, dimensiones, colores, sabores y afinidades futbolísticas. Algunos se quedaron millones de años, otros duraron tan poco que apenas dejaron rastro. De 1975 a 1980, en la música popular, pasó lo mismo. Nacieron géneros y estilos, sub géneros y sub estilos para aburrir –más de uno llegó de verdad a aburrir-. Algunos perviven hasta hoy, otros desaparecieron con el paso de los años, y algún que otro ni siquiera se ve mencionado en el gran árbol de la música. Este es el caso de una banda llamada The Flying Lizards –los lagartos voladores-, con tres álbumes publicados de 79 a 84, si bien sólo cuenta un poco el primero.
En el origen de este grupo inclasificable, está David Cunningham, músico y productor inglés, chalado vanguardista. Reúne a otros músicos trastornados con perfil similar, especialistas en improvisación. David Toop, Steve Beresford –músico de formación clásica-, y más miembros de ambos géneros que entraban y salían. Incluso un pintor -de monas-, Michael Upton. Gracias a sus contactos en el mundo de la edición musical, Cunningham obtiene un mini contrato con Virgin para publicar dos singles. Así es como en 1979 publican dos 45rpm, en los que versionan Money (That’s what i want) y Summertime Blues. Versiones minimalistas y muy chaladas originales de dos éxitos de finales de los años 50’s. Money, interpretada por Barrett Strong fue el primer éxito del sello Tamla –posteriormente Motown-, y figura en el #288 de la lista de las 500 mejores canciones de todos los tiempos de Rolling Stones. Summertimes Blues, cantada por Eddie Cochran –rockero que iba para estrella total pero que desgraciadamente murió con tan sólo 21 años, en un accidente de taxi en Inglaterra-, figura también en esa misma lista de Rolling Stones, en el #73. The Flying Lizzards las versionan a su manera y curiosamente… gustan! Money incluso entra en los charts ingleses durante algunas semanas, hecho tan inesperado que Virgin se ve obligado a ampliar el contrato y les permite sacar un álbum entero. Que no funcionará, claro. Ni el segundo, ni el tercero. Hubo otro disco publicado en el 96, de dub, pero yo me quedé en los dos singles de 79. Sobre todo Money, que fue todo un hit en mi casa, tengo todavía el vinilo.
Lo curioso es saber lo que fue de esta gente. Deborah Evans Stickland vive de dar su voz para documentales y cunas publicitarias. Vivien Goldman –que no debe confundirse con Vivienne Westwood, estilista inglesa tarada que lleva décadas colgándose la medalla de creadora de la moda punk-, se convirtió en escritora y periodista, más conocida –es un decir- como The Punk Professor, con crónica musical en la BBC America. David Cunningham sigue produciendo músicos y compositores menos conocidos aún que él –eso me parece a mi-. David Toop, es ahora periodista y escritor especializado en músicas, y en cuanto a Steve Beresford, sigue experimentando con músicas e instrumentos. Lagartos low cost.
Venga, intenta reconocerlas.
Escucha The Flying Lizards, Money + Summertime Blues